terça-feira, 1 de abril de 2014

LIMPIEZA

Por Mireya Piñeiro Ortigosa (Guantánamo, Cuba)

En una carretilla se llevaron ayer
tarecos de otros tiempos:
la caja contadora, flamante guardiana
del negocio familiar;
los cuadernos escolares donde asomaron,
entre esquemas y fórmulas,
las primeras palabras combinadas.
Se fue la pared de madera
donde San Nicolás de Bari me dio aliento
en una noche de fiebre;
zapatos que nadie se ponía,
camisas rotas
polvo acumulado.
Se quedaron las tardes de domingo,
el mirar por la ventana,
la esperanza del nuevo día
y el empobrecido espacio de los sueños.

(Do livro, "En lo Callado de La Hoguera", 1994)

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